Inteligencia emocional, en el aula bilingue
Actualmente es esencial “El Desarrollo Integral del alumno dentro y fuera del aula”, que les proveerá un bienestar físico y mental aportándoles estabilidad a sus vidas. Teniendo como punto de partida que somos seres con mente racional (pensamientos de manera lógica y analítica) y mente emocional (sentimientos y emociones) es indispensable fomentar en nuestros hijos la “Inteligencia Emocional”, siendo esta la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar los estados emocionales propios y de los demás.
De tal manera que puedan auto-regularlas y no dejarse llevar por la impulsividad del momento tomando así mejores decisiones. La importancia de conectar con sus propios sentimientos y emociones les abre la puerta para lograr tener empatía con el prójimo y por ende tener una interacción asertiva con su entorno social.
Los alumnos bilingües están inmersos en la multiculturalidad donde es de vital importancia saber gestionar sus emociones, ante personas de diferentes idiomas, culturas, religiones, tradiciones y con diversidad de pensamientos. Muchos de los problemas que surgen en el ámbito escolar tienen origen emocional, las emociones ofrecen información relevante sobre el ser humano, sus necesidades y sus deseos. El proceso de enseñanza en más de un idioma, dentro de la escuela elemental requiere de actitud positiva y una dosis de motivación tanto por parte de los profesores como de los padres de familia.
Es indispensable fomentar en nuestros hijos la “Inteligencia Emocional”, siendo esta la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar los estados emocionales propios y de los demás.
Los sentimientos y las emociones van a tener mayor impacto si se expresan en la lengua nativa y eso se da porque el contexto en el que la adquirimos es el familiar, mismo que está “cargado de emociones” y se aprende en los primeros años de vida. Las lenguas adicionales se adquieren por lo general dentro de un entorno académico o profesional por los que se produce un “distanciamiento emocional”.
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Los sentimientos y las emociones van a tener mayor impacto si se expresan en la lengua nativa y eso se da porque el contexto en el que la adquirimos es el familiar, mismo que está “cargado de emociones” y se aprende en los primeros años de vida.
El psicólogo Daniel Goleman y autor del libro “La Inteligencia Emocional” hace referencia a 6 emociones básicas del ser humano. La ira (la frustración provocada por la percepción de un obstáculo o una molestia), la sorpresa (que se deriva de una situación o acontecimiento que suele ser inesperado), el miedo (se trata de una alteración del ánimo que produce angustia ante un peligro o perjuicio), el desagrado (incomodidad por algo que produce molestia o desagrado), la tristeza (sensación de desasosiego y vacío, generalmente provocadas por una pérdida) y la felicidad (la sensación de plenitud, alegría y goce).
Los alumnos con alta Inteligencia Emocional: se respetan y se hacen respetar, tienen mejores relaciones interpersonales, su capacidad de comunicación es mayor, disfrutan de tranquilidad, toman mejores decisiones, gestionan adecuadamente sus emociones, controlan sus impulsos regulando sus estados de humor, tienen mayor capacidad de motivación y mayor resiliencia aumentando su tolerancia ante la frustración.
La educación emocional facilita el trabajo para procesar la información y hace más comprensible lo aprendido, logrando que el rendimiento académico sea más eficaz.